29 julio, 2022
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Se prevé que seguirán subiendo, a pesar de que el Supremo los considera “usureros” por encima del 20%
Sanahuja Miranda en El Confidencial Digital: Los intereses de las tarjetas revolving ya triplican los de los préstamos personales.
Las tarjetas revolving tienen un interés del 18%, llegando incluso al 28% en algunos casos. Un préstamo personal ronda el 7% TAE, bajando hasta el 3,65% en determinadas entidades, como cuenta Estel Romero, abogada especialista en derecho bancario. A pesar de que ambos son productos financieros con un objetivo similar, el interés de las tarjetas revolving puede llegar a triplicar el de un préstamo personal.
Tal y como comenta Romero, las tarjetas revolving se pueden sustituir por un préstamo personal y el dinero nos saldría mucho más barato. La diferencia es que, con un préstamo, el dinero concedido se ingresa en nuestra cuenta de golpe y solo nos dan la cantidad que hayamos pedido, por ejemplo, 1.000 euros. En cambio, con la tarjeta revolving, aunque a priori contratemos un crédito de 1.000 euros, si después devolvemos 500 euros y los gastamos de nuevo, deberemos 1.500 euros y pagaremos intereses por esa cantidad.
Como explica Estel Romero, debido a la difícil situación económica que se atraviesa actualmente, las tarjetas revolving se han transformado en un producto más demandado.
“La desinformación y la falta de educación financiera de la población promueven estas situaciones», asegura la abogada. Las tarjetas revolving se venden en aeropuertos, centros comerciales, supermercados… es decir, sitios donde la gente está pensando en otras cosas y no se concentran en leer el contrato que firman.
Una de las condenas más recientes sobre este tema es la impuesta por la Agencia Catalana de Consumo, que ha sancionado con una multa 977.813 euros a 14 entidades que comercializan tarjetas revolving. Una de ellas tenía un TAE que llegaba a los 28,73% muy por encima de la media de 20%.
1 de cada 6 reclamaciones que se hacen a la OCU están relacionadas con el sector de la banca. Entre ellas, destacan las que tiene que ver con las tarjetas revolving. El Banco de España reconoce a las revolving como “una fuente habitual de quejas”.
