Las tarjetas revolving son productos que causan controversia en los consumidores. Según el Banco de España, estas constituyen «un crédito que se renueva de manera automática a su vencimiento mensual, de tal forma que en realidad es un crédito rotativo equiparable a una línea de crédito permanente». Sanahuja Miranda explica en 20 Minutos las claves del conflicto.
Estos productos emitidos por algunas entidades bancarias tienen un límite de crédito que va disminuyendo con cada transacción, y permiten aplazar los pagos realizados para cada compra. A medida que se va saldando la deuda del capital gastado, esta misma cantidad vuelve a estar disponible en la tarjeta para volver a ser dispuesta, gastada.
«Generalmente, el mismo usuario puede escoger si quiere pagar el total del importe o dividirlo en plazos, si bien suele imponerse por la entidad bancaria o crediticia el modo de pago «aplazado». A quí está la trampa: «Es imprescindible conocer las condiciones del pago mensual, cómo se amortiza la deuda y cuáles serán los plazos», advierte el abogado Fernando Sanahuja, director del despacho Sanahuja Miranda.