Si bien los últimos datos del INE presentan un descenso del 3,8% en los divorcios, “debido al confinamiento, el número de divorcios podría aumentar de cara al 2021”. Ignasi Vives (Sanahuja Miranda Abogados) en Diario Abierto.
El matrimonio idealmente implica compartir una vida, pero también bienes materiales, como pueden ser una casa, vehículos, muebles y otros objetos que están sujetos a un valor económico. Cuando el entendimiento en una pareja se acaba, puede terminar también con el contrato de matrimonio y llegar, en consecuencia, a un divorcio.
El matrimonio al fin y al cabo es un contrato. En caso de querer rescindirlo, es necesario pactar de qué manera se llevará a cabo la separación y toda la logística de la división de bienes.
Si bien es cierto que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística presentan un descenso del 3,8% en los divorcios con respecto al año anterior, con 91.645 interrupciones de contratos matrimoniales durante 2019, debido al confinamiento, las restricciones del Estado de Alarma y la incertidumbre provocada crisis económica, el número de divorcios podría aumentar de cara al 2021.
En caso de llegar al final de un matrimonio y querer embarcarse en los trámites para proceder al divorcio, es indispensable conocer de qué manera se dividirán los bienes que la pareja ha estado compartiendo hasta ese momento, no solo para salvaguardar la seguridad económica de los individuos en la pareja, sino de todos los componentes de la familia, incluyendo los hijos, que serán quienes hereden en un futuro los bienes de sus padres, si así lo desean los progenitores.