Quedan pocos días para que el 2020 llegue a su fin, por lo que estas últimas semanas pueden convertirse en una oportunidad para rebajar la factura fiscal de este año e intentar optimizar la carga fiscal para atenuar en la medida de lo posible las consecuencias de la crisis provocada por la pandemia. Algo especialmente importante en aquellos sectores más afectados por el actual contexto.
«Las medidas fiscales básicamente afectan a aquellos contribuyentes más vulnerables por las consecuencias de la pandemia, pero hasta el momento son del todo insuficientes en relación con la magnitud e impacto de la crisis, no habiéndose regulado reformas de calado en materia de ahorro tributario«, señala Xavier López Villaécija, especialista tributario del despacho Sanahuja Miranda Abogados.
De hecho, la medida legal más contundente a la que se han acogido multitud de empresas en el ámbito laboral ha sido la aplicación de ERTE . En el ámbito tributario, a falta de medidas de calado, se han aprobado, entre otras, fórmulas legales para el diferimiento en el pago de impuestos y ha sido esencial la obtención de liquidez a través de la financiación vía préstamos ICO. No obstante, en materia fiscal la opinión generalizada es que no se han establecido hasta el momento incentivos convincentes que supongan un ahorro fiscal real a la altura de la dramática situación provocada por el covid-19, especialmente entre los sectores empresariales más perjudicados.
A tenor de lo expuesto, «reviste, si cabe, mayor importancia analizar en cada caso si existe la posibilidad de optimizar la carga fiscal con alguna decisión a ejecutar antes del próximo 31 de diciembre de 2020», apunta Xavier López Villaécija.