Lo primero que debemos saber es que si se ignoraba que el fallecido tenía un seguro de vida -lo cual es muy normal- del cual podría haber algún beneficiario y este se ha visto privado por desconocimiento de la posibilidad de disponer de la suma dineraria objeto de indemnización por muerte -que en algunos casos puede llegar a superar los 100.000 euros- entonces, el afectado podrá reclamar la suma de dinero y además, la aseguradora deberá hacerse cargo de los daños consecuentes de no haber recibido el cobro. Aseguran desde el despacho de abogados Sanahuja Miranda en artículo publicado en ABC.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.