Tarjetas contratadas en el supermercado, en una gran cadena o entidad y que se utiliza para financiar compras frente a las que sirven para aplazar los gastos a final de mes. Las tarjetas «revolving» y las de crédito tienen un rasgo principal en común: con ambas quedan aplazados los abonos de todas las compras de forma automática. Pero son muy diferentes. Lo explicamos en ABC.
Desde nuestro despacho, recalcamos que la trampa de las #revolving está en que a medida que se va saldando la deuda del capital gastado, la misma cantidad vuelve a estar disponible en la tarjeta para volver a ser gastada, con lo que se corre el riesgo de entrar en una espiral de deuda perpetua. Esto se debe a que estos créditos fáciles nos permiten acceder a un préstamo al instante con el que financiar compras o tapar agujeros.
La vía para reclamar los abusos y la complejidad de las #revolving se abrió hace casi un año, cuando el Tribuna Supremo decidió anular una tarjeta #revolving tras calificarla de usuraria, puesto que tenía un interés del 27%. Tras la sentencia, algunos bancos han optado por contactar con los usuarios para renegociar las condiciones de estos créditos. «En estos casos, lo ideal es apoyarse en expertos y profesionales para conseguir el reembolso de los intereses abusivos aplicados, las comisiones indebidas aplicadas y, en general, todos los gastos ilícitos», señala Fernando Sanahuja.